El invierno representa, para muchas personas, la época del año en la que se concentran la mayor parte de las "transgresiones alimentarias" con el consiguiente aumento de peso, aumento de la retención de líquidos, distensión abdominal y tensión abdominal. Por eso sentimos la necesidad, durante los primeros meses del nuevo año, de volver a estar en forma en vista del verano.