ESTILO DE VIDA
Dieta de verano: ¡16 consejos para la llegada del verano!
Durante el invierno se tiende a comer más y a reducir el movimiento y, en consecuencia, es muy fácil estar a las puertas del verano con unos kilos de más. Una alimentación correcta, en calidad y cantidad, y un poco de ejercicio diario pueden ser una ayuda válida para recuperar la forma física y permitirte volver a tu talla.
Dieta de verano: ¡Preparémonos para el verano!
Primero que nada es bueno prepararse a tiempo ya que las dietas rápidas y, sobre todo, las dietas "hazlo tú mismo" son peligrosas y definitivamente hay que evitarlas. De hecho, una dieta demasiado rígida que incluye una disminución drástica de la cantidad de alimentos y una restricción calórica excesiva, conduce a una disminución del metabolismo basal (la energía esencial para vivir, sin actividad física) y una reducción de la masa magra.
Además, una dieta excesivamente restringida puede alterar el equilibrio hormonal con una disminución de la función tiroidea y de la hormona serotonina, lo que puede provocar un decaimiento del estado de ánimo (lo que, a su vez, conduce a menudo a un consumo excesivo de dulces). Para evitar que se desarrolle este círculo vicioso, basta practicar regularmente alguna actividad física para elevar el requerimiento calórico diario y el metabolismo basal. Es bueno recordar que una alimentación correcta y nutricionalmente equilibrada debe permitir al organismo reducir el exceso de grasa sin afectar la masa magra y, por tanto, la musculatura
¿Normas? Nuestros consejos:
- Evita saltarte las comidas, en lugar de repartirlos adecuadamente durante el día para mantener activo el metabolismo y aprovechar los alimentos sin desperdiciar energía ni almacenar grasas, repartiendo mejor la carga calórica diaria.
- Trate de consumir yo siempre las comidas a la misma hora, para regular los mecanismos del hambre y la saciedad.
- No elimines alimentos como la pasta, el arroz, el pan, los cereales y sus derivados en general, las patatas: basta reducir las porciones en un 20% e introdúcelos en tu dieta incluso de forma integral.
- Moderar el uso de grasas de condimentos, dando al preferencia al aceite de oliva virgen extra, semilla de maíz o uva o aceite de girasol y utilizando la cuchara como unidad de medida para dosificar las cantidades, preferiblemente crudas sobre los alimentos.
- Evitar el consumo de fiambres y embutidos, ricos en grasas.
- Consumir pescado al menos dos veces por semana.
- Incrementa el consumo de vegetales en un 50% y consúmelos diariamente: por su contenido en fibra son particularmente saciantes; también enriquecen el menú con sabor, sin añadir grasas.
- No consumas más de 3 porciones de fruta al día y elige fruta fresca de temporada alternando colores tanto como sea posible, para asegurar la introducción de importantes antioxidantes y fibra.
- Elija métodos de cocción que limiten el uso de grasas para condimentar, prefiriendo las vegetales, en particular aceite de girasol o de maiz. Recomendamos cocinar al horno, en papel aluminio, a la plancha, al vapor, hervida o en sartenes antiadherentes.
- Masticar bien y durante mucho tiempo., para saborearlo mejor y tener la sensación de comer más ya que la sensación de saciedad se percibe solo a los 20-25 minutos de haber ingerido el alimento.
- Beba mucha agua durante todo el día, aunque hidratarse adecuadamente y eliminar toxinas.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas y bebidas ricas en azúcares simples como refrescos y jarabes.
- Reduzca el uso de sal de mesa tanto como sea posible.
- Utiliza hierbas aromáticas y especias para dar sabor a los alimentos y enriquecerlos con antioxidantes.
- No te excedas con las porciones de comida.
- Haga ejercicio todos los días, preferiblemente al aire libre, para acelerar su metabolismo y quemar el exceso de grasa.
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